Finalizamos la semana, con nuestra habitual sugerencia literaria que amablemente nos hacen desde la biblioteca de Sede Centro, Carlos Pellegrini.
Todo comienza en 1616. William Shakespeare, el autor más importante de Inglaterra, acaba de fallecer… En apariencia, todo resulta normal cuando sus familiares y amigos son citados para la lectura de la última voluntad del escritor. Sin embargo, las disposiciones contenidas en el testamento desafían toda lógica. ¿Qué ha impulsado a Shakespeare a dejar a su esposa tan sólo su «segunda mejor cama»? ¿Por qué una de sus hijas recibe únicamente un tazón? ¿Qué le ha movido, por el contrario, a nombrar a otra de ellas heredera de todos sus bienes? ¿Qué lógica -si es que la hay- se oculta tras ese absurdo testamento? Partiendo de este punto de arranque rigurosamente histórico, La noche de la tempestad nos lleva, a través de unas horas de literatura y magia, a recorrer la vida de Shakespeare descubriendo una clave oculta para la lectura de sus obras y para la comprensión de un testamento que constituía la consumación de su existencia.
Construida a partir de un profundo conocimiento de la época y delos textos de Shakespeare, La noche de la tempestad es una novela enigmática y subyugante que, de manera sutil y misteriosa, nos permite sumergirnos en las pasiones eternas del ser humano, del amora los celos, de la venganza a la ira, del rencor a la codicia, abriéndonos así la puerta al amor y a lo sobrenatural, como realidades extraordinariamente cercanas a nosotros.
Un nuevo relato garantizado por la atrayente maestría narrativa de César Vidal.
Disponible en Biblioteca (Sede Centro).
Av. General Paz 195 esq. Colón, 2° piso. Tel: 4217016 int. 128.
Editorial: Debosillo. Edición: -. Año de edición: 2008. Lugar de edición: España. Género: Novela histórica. Colección: Best Seller. Páginas: 272 Formato: -. Encuadernación: tapa blanda. ISBN: 9788499892900. DONADO POR: Sr. Agustín García Castellanos (Socio de la Institución) en 2012.
La semana pasada destacábamos a «Los Hijos de los Días» de Eduardo Galeano.
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