En la primer semifinal del día sábado, Tala Rugby Club acabó con las aspiraciones de campeón con las que nuestra primera preparó este decisivo encuentro. Fue por 37-24, en un partido donde su fueron la calma y no salirse del libreto.

Los partidos decisivos se juegan de manera especial. Muchas veces no reflejan en nada la producción realizada por un equipo a lo largo del año (ejemplo, la derrota de Urú Curé frente a Córdoba Athletic en la otra semifinal), pero si evidencian de forma contundente que equipo está más preparado para interpretar este tipo de instancias. Y un poco de eso fue lo que se vio en cancha de Universitario.

A grandes rasgos, nuestra primera división mostró a lo largo del año una notoria regularidad en su juego, con importantes actuaciones individuales en todos los partidos. Tala, por su lado, tuvo un año con muchas dudas y derrotas inesperadas, pero supo hacer los ajustes en las últimas fechas para meterse en la discusión de los candidatos al título.

En los duelos previos del 2018 la paridad entre uno y otro quedó plasmada en los resultados: 32-30 para Jockey en el country y 23-21 para Tala en Villa Warlcalde.

El primer tiempo de esta semifinal gravitó dentro de esta esperada paridad. Tala golpeó primero, con dos penales, y Jockey reaccionó sobre la mitad del primer tiempo, con dos tries (Plans y try-penal de scrum) para adelantarse 6-14. Luego de este pasaje que le dio ventaja numérica, Jockey entró en un mar de desconcentraciones que se tradujeron en penales en contra, errores no forzados y a la postre, dos tries en contra para irse al descanso 20-14 abajo.

En lo físico y en lo técnico, no hubo diferencias entre uno y otro en ningún momento. En lo actitudinal, ambos mostraron de forma clara sus ganas de ganar, pero en lo táctico y mental, hubo una diferencia notoria a favor del blanquinegro. Muchas podrán ser las hipótesis que expliquen el por qué de esto, lo concreto es que Tala nunca salió del libreto de jugar inteligente con el pie y presionar con la defensa, comprendió que el partido lo iba a ganar el que cometiera menos errores, y en los detalles comenzó a adueñarse del encuentro.

Jockey lo buscó con amor propio, con agresividad, con todas las armas que desplegó en el año, pero a tanta efervescencia le faltó calma y precisión. Los errores no forzados y desconcentraciones siguieron siendo la constante, con penales en los últimos metros, knock-ons y errores en la comunicación. Tala aprovechó todo. De cada error sacó puntos, salió del asedio y consumió minutos, para que la impaciencia rojiblanca vaya en aumento.

No obstante, Jockey y su corazón gigante se permitieron llegar a los minutos finales con chances de ganar. Un try y un penal los dejaban 30-24 abajo con casi cinco minutos en el reloj. A falta de dos minutos, un scrum en campo propio obligaba a jugar desde el fondo la pelota que traiga el pasaje a la final. Tala jugó con ese apremio, y en 22 hípicas pescó una pelota que utilizó bien para llegar al último try y cerrar así el telón al partido.

Jockey cayó con las botas puestas frente a un Tala que tiró sobre la mesa el temple necesario para quedarse con justicia con un lugar en la final. Pese a la derrota, este año ha sido un gran paso al frente para nuestra primera, que volvió a la primera plana de los protagonistas del rugby cordobés, con un plantel joven que mostró argumentos sólidos para creer en un proyecto que se sostenga a lo largo de los años y les permita crecer en ese protagonismo hasta alcanzar el tan ansiado título.

Formación JCC:

1- Gonzalo Hughes, 2- Ignacio Palomeque, 3- Facundo Devoto, 4- Facundo Montero, 5- Matias Goren, 6- Augusto Cugnini, 7- Joaquín Lopez, 8- Franco Molina, 9- Marcelo Blanco, 10- Ignacio Plans (c), 11- Martin Bogado, 12- Felix Luna, 13- Juan Cruz Mallia, 14- Lucas Busdrago y 15- Santiago Jara.
Ingresaron: Blanco, Supichiatti, Diaz, Isola, Sosa, Brunetto, Deheza y Urtubey.
Entrenadores: Javier Fiori, Galo Alvarez Quiñonez, Ramiro Lopez, Santiago Lopez Vaca y Leonardo Gallardo.

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