Pasó la 35° edición del Seven de la República y el seleccionado de Córdoba, los Dogos Seven, se consagraron campeones por tercera vez en la historia en el torneo.

A la final llegaron los dos mejores del torneo. Los mismos que jugaron la final del año pasado: Córdoba y Tucumán.

Cada uno con un estilo de juego muy diferente. Los “naranjas”, construyeron su juego desde el rigor físico; los cordobeses desde el orden defensivo y el movimiento continuo de la pelota.

En los papeles, Córdoba tuvo una zona de grupos más accesible. No obstante los dos equipos ganaron todos sus encuentros con autoridad. Los dogos derrotaron a Misiones (26-7), San Juan (31-0) y Nordeste (17-15), mientras que los naranjas hicieron lo propio frente a Uruguay (26-0), Salta (29-12) y Cuyo (40-7).

Pero para el día 2, la vara de dificultad se invirtió, y eso puede haber sido una de las razones que explican el campeonato cordobés. En cuartos de final, Tucuman dejó en el camino a Santa Fé (15-12), mientras que Córdoba sacó de la pelea al siempre peligroso Buenos Aires (26-14). En semifinales, y a la misma hora, Tucuman venció a Nordeste (19-12) y Córdoba a Rosario (24-5).

La final fue lo que todos los presentes habían estado esperando, un verdadero duelo de titanes. Ningún equipo dio tregua ni abandonó su propuesta de juego. Con Martin Bogado en cancha como titular y aportando un try, el primer tiempo finalizó 12-12 y todas las emociones quedaron para el complemento. Un segundo tiempo durísimo, jugado con mucha entrega y concentración, donde sólo hubo lugar para un descuido, y ese descuido fue tucumano. Córdoba lo aprovechó, facturó y hoy es nuevamente el monarca del seven nacional.

El equipo que gritó campeón tuvo la contribución de tres hombres de nuestra casa: Martín Bogado y Agustin Segura desde adentro del campo de juego, y Facundo Kreiker desde la preparación física del equipo.

A todo el plantel, pero especialmente a nuestros tres representantes, les mandamos un fuerte abrazo y felicitaciones por semejante proeza.

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