Por una de las llaves de semifinales del Torneo del Interior «B» nuestra primera división nunca pudo hacer pie en el partido y perdió de local frente a un sólido Huirapuca por 5-22.

Estaba todo preparado para que sea una gran tarde en nuestra cancha. Buen clima, el público acompañando, una muy buena performance a lo largo de 5 semanas, confianza de los jugadores… pero el sueño de jugar una final se volvió una pesadilla de semifinal.

A partir de un pack de fowards muy pesado y jugadores muy rápidos en las puntas, Huirapuca salió desde el minuto cero a jugar su partido. Conociendo sus fortalezas, tuvo la inteligencia de llevar el juego hacia las dimensiones del juego donde podían hacer diferencias. El scrum fue la formación donde comenzaron a torcer la balanza.

Jockey, por otro lado, buscaba seguir creciendo y afianzando un juego integral, donde sus backs y terceras líneas han sabido explotar sus duelos y marcar trys de buena factura en todos sus encuentros. Pero la realidad del sábado fue que nuestro equipo más importante nunca pudo desarrollar sus fortalezas. Muy errático en el manejo de la pelota, y superado físicamente por su rival, comenzó a desbordarse emocionalmente y sus jugadores se vieron superados por sus ansiedades y frustraciones.

Corrían los minutos y con ellos se iban la paciencia e inteligencia de los jugadores. Malas decisiones, malas ejecuciones, y algunos roces con el rival generaron el clima para que vinieran las tarjetas. Primero fue Errecaborde y antes de que termine el primer tiempo le tocó a Panessi tras una jugada que involucró a varios jugadores de ambos equipos y que también terminó con el pilar derecho tucumano con tarjeta roja. Así pasaron los primeros 40 minutos, que encontraron a Jockey abajo por 0-12.

En el segundo tiempo un tempranero try de la visita no haría más que profundizar la crísis de juego rojiblanca. El tiempo se iba y Jockey no conseguía salir de sus errores y a los 25 minutos perdía 0-22.

Lo mejor del conjunto hípico se vio en los últimos 20 minutos. Mejoró en defensa y a base de orgullo y amor propio consiguió generar movimientos con mayor profundidad ofensiva aunque, al no estar «finos» para definir, la mayoría de las veces volvió a su campo con las manos vacías. El premio para este equipo llegó al minuto 35 cuando Panessi logró ingresar al ingoal tucumano por la punta izquierda, aportando así los únicos 5 puntos de la tarde.

«A veces se gana, y a veces se aprende» dice un dicho. Muchos aprendizajes quedan todavía por hacer para este grupo que tiene una base joven de jugadores. En el analísis global del TDI esto fue sólo un tropezón, y por el contrario, el rendimiento del equipo en el torneo hace ilusionar a su gente para lo que viene. El año es largo y la competencia más importante está por comenzar. Hay todo por ganar y por suerte también hay tiempo para trabajar sobre los errores.

Formación JCC:

1- Errecaborde, 2- Palomeque, 3- Ramirez, 4- Montero, 5- Galloppa, 6- López, 7- Gotti, 8- Panessi, 9- Plans (C), 10- Brunetto, 11- Salazar, 12- Lazcano, 13- Soler, 14- Urtubey y 15- Mallia.

Ingresaron: Pulella, Michelotti, Devoto, Allub, Robledo, Rubiolo y Luna.

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