El 2018 viene siendo un año especial para nuestro club. Saliendo de Junio, no son pocos los hitos y cosechas que podemos celebrar.
Uno de esos orgullos es ver a un hombre de Jockey Club Córdoba ser elegido para presidir la Unión Cordobesa de Rugby. Félix Paez Molina llega apoyado en una trayectoria de 13 años trabajando y gestionando a nivel dirigencial.
«Mi actividad como dirigente de rugby en el club comenzó a fines de 2005. Yo venía de entrenar la primera dos años seguidos, Ezequiel (Mallia) salía de la presidencia de la sub-comisión y me invitaron a participar para continuarlo en la conducción. Desde ese momento hasta 2010, estuve en ese rol.» Así responde a nuestra primera pregunta, sobre sus comienzos como dirigente.
Entre 2010 y 2013 ocupó el cargo de vicepresidente del club, y cuando finalizó el periodo de gestión de tres años, volvió a las canchas como entrenador. «El lugar en el que más me gusta estar en el rugby, cerca de los jugadores» opinó sobre ese rol en su vida.
Un llamado de los vecinos de Córdoba Athletic, invitando a unir al rugby de córdoba lo puso nuevamente en actividad de gestión. De esa iniciativa saldría tiempo después el bosquejo inicial del plan 2020 ( ver enlace Unión 2020, un ambicioso plan para el rugby de Córdoba) que la unión cordobesa viene llevando adelante desde fines de 2013.
«Se propuso que cada club se comprometiera a enviar a trabajar a la unión una persona por el juego y una por la parte política. La sub-comisión de rugby entendía que Martín Viola tenía que ser ese representante por el juego y que por la parte política podía hacerlo yo. Desde el 30 de junio hasta fines de Diciembre, compartimos reuniones, dos veces al mes, con presencia de todos los clubes; realmente bien predispuestos, buscando conseguir los objetivos más que las cuestiones personales y llegamos a buen puerto».
Así relata los inicios del proyecto, que colocó a Gustavo «Tuti» Paz (Córdoba Athletic, 2013), José Fauez (Urú Curé, 2016) y ahora a Paez Molina al frente de la entidad madre del rugby cordobés. En los períodos de Paz y Fauez, Félix fue secretario y vice-presidente, respectivamente.
Sobre los objetivos del Plan 2020 nos comenta:
«El primer gran objetivo del proyecto fue unir al rugby de Córdoba. Eso a mi me puso muy contento, porque ya desde 2006, a raíz de unos inconvenientes entre jugadores de Jockey y Athletic, comenzamos a juntarnos con Manuel Fernandez, presidente de sub-comisión de Córdoba Athletic en aquel entonces, y luego también con dirigentes de Tala y La Tablada. Creo que ahí no estuvimos lo suficientemente maduros para llevar adelante esa unidad.»
En ese momento, el rugby del interior de la provincia estaba políticamente divido entre la Unión Cordobesa de Rugby y la F.R.I.C (Federación de Rugby del Interior de Córdoba), escisión que duró hasta el año 2012, donde la Unión Argentina de Rugby gestionó para la reconciliación y unificación.
«Para nosotros era muy importante poder discutir y aportar desde las diferencias y similitudes, con todos adentro del mismo plato. No tenía sentido estar divididos.» Esa unión de todos los clubes, y estimular el desarrollo del rugby del interior, son los objetivos que completan a la primera fase del Plan 2020.
«Cuando comenzamos la gestión, los clubes del Interior dentro de la Unión Cordobesa eran 22. Hoy son más de 70. Se apostó al desarrollo del interior para poder generar una regionalización en la competencia.»
¿Para que la regionalización? Paez Molina nos dice al respecto:
«La regionalización sirve para que se puedan desarrollar y competir. El rugby se desarrolla a través de la competencia, si vos no desarrollas una buena competencia y una competencia entre pares, probablemente el crecimiento sea más difícil.»
La estrategia que eligieron para generar la regionalización fue generar «polos». ¿Como funcionan? Lo explica Félix:
«Siempre pensamos la regionalización partiendo la provincia en cuatro partes, y todo el movimiento de competencia, arbitros, disciplina, etc, se pudiera manejar a través de los polos. El proyecto se fue modificando, se lo orientó a lo estrictamente deportivo. Hoy tenemos lo que se conoce como ‘Proyecto Siete Polos’, aunque en realidad son ocho, porque agregamos a Punilla como uno más de esos polos, junto a Río Tercero, Alta Gracia, San Francisco, Jesús María, Arroyito, Bell Ville y Río Cuarto».
El objetivo con estos polos, comenta, es acercar el rugby y hacerlo accesible a los pueblos cercanos a esos epicentros, y así consolidar a los clubes de la región, nutriéndolos de capital humano para una posterior inserción a la competencia de los clubes de primera.
Pero los ojos no pueden estar únicamente enfocados en eso, porque el rugby de los clubes de la capital también continúa necesitando atención. «Nos obliga a desarrollar a los clubes que tienen Bloque «B» en juveniles. Hay cuatro clubes que tienen «B» y son parte del desarrollo, y tenemos que pensar en eso y generar competencia.» Explica sobre ese escenario. El siguiente paso, nos explica, es que poco a poco los clubes del interior vayan incorporándose a la competencia de Primera División.
La buena salud de la que goza el proyecto lo tiene tranquilo e ilusionado de cara a su desafío de conducir el rugby de la docta. Entiende que su gestión tiene que encolumnarse detrás del compromiso y pasión que le da el corazón amateur del rugby argentino, y eso lleva a esta entrevista hacía un tema por momentos «caliente» del rugby argentino: la dicotomía rugby profesional vs rugby amateur, situación en el que se encuentra el nivel más alto de nuestro rugby desde hace algunos años.
«Es muy importante para la identidad de nuestro rugby que la base siempre sea amateur. Es una tarea muy díficil con la entrada del profesionalismo, por eso los dirigentes debemos estar siempre activos, agudizando el ingenio y estar muy enfocados para que todos los valores que nos transmite este deporte sigan siendo lo primordial.»
Más allá de esta visión, también le da un reconocimiento al aporte del profesionalismo: «Hoy la UAR baja muchos recursos económicos a la uniones, y es bueno saber que toda esa inyección viene de lo que generan Pumas y Jaguares, que aportan el 90% de los ingresos que percibe la UAR. De esa plata se destina un 35% al rugby de desarrollo»
Para Paez Molina, el proyecto 2020 los ayudó a encontrarse rápidamente en este esquema de UAR, y eso le permite ubicar a Córdobesa como la segunda unión detras de URBA en esta dirección que se está eligiendo para el rugby argentino.
Félix es un entusiasta de la convivencia y relación entre amateurismo y profesionalismo. En su concepción, ve con buenos ojos la profesionalización de algunos eslabones en las cadenas de trabajo en los clubes:
«Hay que hacer el esfuerzo de acomodarse en esta evolución. Los clubes tienen que seguir desarrollando sus estructuras profesionales. Yo no veo mal que un club pueda tener tres o cuatro personas trabajando profesionalmente en lo que es rugby infantil, plantel superior, que tenga un Head Coach trabajando en los lineamientos generales del rugby del club; pero después, los entrenadores, los cabeza de grupo de cada una de las divisiones, deben ser amateurs, para que sean ellos los que desparramen ese espíritu amateur.»
Las modificaciones estrucurales del rugby argentino han llevado a la UAR a priorizar las competencias federales de los clubes por sobre el Campeonato Argentino de Uniones (en primera división). ¿Que opina el presidente de la unión al respecto?
«La UAR entiende que tiene que atender prioritariamente a los clubes y los jugadores, por eso busca la mejor competencia para cada club, y al mismo tiempo cuidar al jugador. Un jugador de rugby tiene que jugar entre 30 y 33 partidos al año, en este escenario, con el torneo local, la competencia nacional, más algún regional que generes, ya estas en ese nivel de estímulo. Meterle cuatro cinco estímulos más es sobrecargarlo. Sumale que el Torneo Argentino en los últimos años había dejado de ser seductor para el público, los sponsors, etc. La UAR entendió entonces que lo mejor era suprimirlo del calendario, cosa que yo creo es un error, porque para las uniones es lo único que tienen para vender. Los dirigentes estamos trabajando para ver como podemos cuidar ese espacio.»
Sobre los resultados que están arrojando estas estrategias, Félix es crítico y realista: «Hoy el rugby de Buenos Aires está uno o dos escalones por encima del Interior, y a la vista está si miras como se sucedió el Nacional «A» 2018. Este formato no deja de ser un ensayo y la UAR deberá seguir calibrando para encontrar la competencia más atractiva para todos. En cuanto al rugby del Interior, esto es un llamado a seguir profundizando acciones y compromiso para achicar esa brecha con URBA.»
Para apoyar sus palabras, nos comenta de la decisión que se tomó el año pasado de generar una competencia regional a fin de año, que en mayores es con los clubes de Litoral y en juveniles con los clubes de Cuyo. ¿Unos adelantados? Nada de eso, para Félix es una necesidad de hace muchos años y está presente desde los comienzos del Proyecto 2020:
«Hoy, con lo avanzada que está la preparación y planificación en los clubes, las competencias locales hace rato que se han vuelto previsibles. Vos ya sabes de antemano a que te va a jugar Tala, Tablada o Urú Curé. Abrirse a salir a buscar competencia pareja en otros lugares, le devuelve ese atractivo al juego.»
Y fiel a su historia y su trayectoria, Félix también se permite el espacio para hablar de una parte muy importante de su vida: el Jockey Club Córdoba.
«Yo lo veo muy bien, veo que estamos creciendo mucho (somos de los que más ha crecido en el interior del país). Venimos sacando muchos jugadores de calidad, Juanchi Mallia hoy quizás está un escalón por encima; pero lo tenés a Franco Molina, Félix Luna, Santiago Pulella, Lucas Busdrago, el mismo Nacho Plans, jugadores que están muy bien vistos y valorados a nivel local y nacional.»
En cuanto a la inconsistencia de los resultados de los últimos años, lo entiende como parte del aprendizaje de un proceso de recambio, pero que entiende que no somos el único club en ese proceso: «Desde 2012 a la fecha, salvo Tala y Urú Curé, hubo siempre una rotación en los clubes que acceden a las definiciones del torneo, y clubes como Tablada o Athletic se han visto inmersos en procesos similares por el que nos tocó transitar a nosotros».
En cuento al presente de la primera y del club, sus palabras no ocultan su positivismo y su ilusión: «Los veo jugando en un gran nivel, muy comprometidos en mejorar día a día, guiados por un gran conductor como es Javier Fiori, y con unas juveniles que vienen acompañando y nutriendo al proceso, lo que habla del trabajo que hay ahí en las bases. Fijate que hoy la camada ’98 -por darte un ejemplo-, una camada que en juveniles no fue dominante, siempre estuvo ahí en un cuarto o quinto lugar, hoy te da cuatro o cinco jugadores de muy buen nivel, como Gonzalo Masin o Guillermo Maldonado.»
Para ir cerrando esta nota, aprovecha el espacio y nuestra pregunta para dar su opinión de cual es el aspecto que debería atenderse con prioridad para no detener este crecimiento que viene teniendo nuestra institución, y lo entiende sobre dos ejes principales:
«Creo que debemos trabajar con mucha responsabilidad y consciencia sobre nuestros capacitadores. Todas las divisiones deben tener entrenadores de calidad, que estén a la altura de lo que el jugador y el juego requieren hoy en día. Ya no alcanza con decir ‘che, yo jugué al rugby alguna vez, me sumo’. Lo entrenadores deben capacitarse en como se enseña cada aspecto del juego, en la técnica, etc. Hoy tenemos por división un solo entrenador realmente capacitado, el resto hay que levantar la vara. Y el otro aspecto que creo muy importante para la transmisión y el desarrollo, es que los jugadores de plantel superior se involucren más en las juveniles e infantiles. Entiendo que hoy en día son muchos los frentes que hay que atender, pero con una vez a la semana que se acerquen a trabajar con los chicos, es muchísimo lo que les transmiten.»
Así, sin escaparle a ningún bulto, con mucha lucidez y auto-crítica, con vocación y pasión por lo que hace, el dirigente de rugby finaliza con nosotros esta entrevista y regresa a su trabajo de todos los días en su oficina, mientras recibe el llamado de su esposa que lo espera en casa con el almuerzo listo.
Nuestros valores y nuestra identidad están bien representados en su figura, y celebramos que se encuentre trabajando al servicio del rugby de Córdoba. Le deseamos lo mejor de lo mejor en todo lo que viene a nuestro querido Félix Paez Molina.
Muy buena nota. Laurador incansable y de buen corazón . Se lo préstamos un tiempo al rugby de la unión. Abrazo !!