En cuanto a la parte recreativa, tuvimos oportunidad de conocer el Cabo de Buena Esperanza (Punto donde se unen o dividen el océano Atlántico del Indico), con paisajes espectaculares y playas hermosísimas. También se disfrutó de la ciudad, con el Waterfrom como protagonista, una especie de Puerto Madero mucho más grande, con puerto propio, restaurants, pubs y shoppings concentrados en un punto neurálgico de la ciudad, muy cerca del Estadio de Futbol (Grenn Point) donde se disputó la copa del mundo de Futbol. El fin de semana, vivimos las playas de Cape Town, en la zona de Camps Bay, un lugar soñado con arenas blancas, agua cristalina pero un tanto fría y bordeadas por bares y restaurantes con vista al mar de primer nivel. En la playa no nos privamos de unos buenos picados de fútbol y voley, donde se destacó el staff de entrenadores y dirigentes, dando cátedra!!. El staff tuvo una reunión con el staff de Western Province donde se nos informó de la enseñanza que llevan a cabo en la ciudad y los cursos que se dictan para perfeccionar el juego. Igualmente tuvimos una visita con todos los jugadores en el mítico estadio de Newlands, conociendo los vestuarios, el área de tercer Tiempo, el Centro de Alto rendimiento, pegado al estadio y el Museo del Rugby que se encuentra en el lugar. Hubo lugar también para visitar la “Table Mountain”, Montaña que cubre Cape Town y da la sensación de ser una formación en tercera dimensión por lo impactante de su belleza y su forma que termina en una prolija meseta en forma de mesa (por ello su nombre), incluso cuando aparecen nubles que la cubren, pareciera “un mantel que cubre la mesa”. Al subir por un teleférico, se puede apreciar toda la ciudad con visuales impecables!. Por su parte, también se realizaron visitas opcionales, donde se destacó la Isla de Robben Island, donde estuvo la prisión que albergó por 18 años a Mandela y los que quisieron más aventura visitaron la ciudad de Hermanaos donde realizaron avistaje de tiburones en el interior de una jaula que baja al océano. Con ello, la gira tuvo su componente cultural y de recreación que fue disfrutado por todos. Para terminar, el último día se realizó una cena de despedida, donde comimos una paella en el hotel que nos albergó (bastante picante por cierto), pero que sirvió de excusa para escuchar lo más emocionante de la gira, que fue el testimonio de cada uno de los jugadores, entrenadores, dirigentes, cuerpo médico, físico, de todos los que compartieron esta hermosa gira. Y realmente fue el momento más emocionante porque en primer lugar se resaltó la tarea del cuerpo de entrenadores de estos últimos tres años con un constante crecimiento en el juego y en el grupo, como también el trabajo efectuado para la realización de la gira (Javier Fiori, Martín Viola, “Tati” González y el mánager-entrenador Carlos Guevara) a quienes todos le reconocieron el empeño, dedicación y el crecimiento en la cancha, que han sentado las bases para obtener buenos resultados en lo venidero. De igual manera, se resaltó la importancia de la realización de una gira, donde se estrechan vínculos muy sólidos que sirven para solidificar lo construido y pensar en lo venidero con gran optimismo. Todos y cada uno de los jugadores se encargaron de agradecer y agradecerse entre ellos, con los entrenadores y con la Subcomisión por la realización de la gira. En efecto, no faltaron lágrimas para expresar el orgullo de ser parte del rugby Jockey Club Córdoba, del amor que se siente por vestir esa camiseta y de las ganas de lograr cosas importantes desde el esfuerzo, el entrenamiento y la dedicación. Todos coincidieron en fijar a esta gira como un punto de inflexión, que nos convenció a todos que somos capaces de lograr cosas muy importantes y que los resultados no se van hacer esperar. FELICITACIONES A TODOS, UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE QUE DEBEMOS FIJAR INSTITUCIONALMENTE PARA RELIZARLA CADA CUATRO O CINCO AÑOS YA QUE RENACEN Y SE RENUEVAN LOS VALORES QUE NOS CARACTERIZAN: COMPROMISO, RESPETO, ESFUERZO Y ACTITUD POSITIVA Y GANADORA!]]>

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